
Todos se equivocan, hace tres años Marc Jacobs lo presentía, a su cabeza llegaron imágenes de personas asfixiadas, con tapabocas y colores vibrantes que le daban un nuevo sentido a la muerte. En el horizonte pudo divisar el glamour de accesorios y peinados que brillaban, trajes especiales para luchar contra el virus exterminador, bolsos grandes, llenos de antídoto para salvarnos y simples tacones que iban a juego con el atuendo de una brigada de SUPERmodelos.

